Cobertura colaborativa, Resumen Latinoamericano, 22 de mayo de 2022.
Unas 250 mujeres de más de 20 pueblos indígenas que habitan el territorio argentino, junto a hermanas invitadas procedentes de Bolivia y México, iniciaron este domingo el Tercer Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas que se realiza en Chicoana, Salta, en el cual destacaron la lucha por la defensa de sus culturas. Hasta allí llegó nuestra compañera María Torrellas, junto con otros colegas para cubrir colaborativamente todo lo que se trate en este importante encuentro.
Las actividades comenzaron muy temprano, con una ceremonia espiritual ancestral de petición al Inti Sol. Una ceremonia de energía y de luz de los pueblos quechua y aymara, unidos a los pueblos Purepecha y Tapieté. Se hicieron ofrendas al abuelo Fuego y todas las hermanas, tomadas de la mano, vieron salir el sol para preparar la energía del día y agradecer la siembra pura, de las semillas y no la contaminada.
Una sanadora aymara dijo que «las mujeres tenemos que recuperar la dignidad del mundo, las mujeres debemos sembrar la semilla pura y limpia. Jallalla es todo lo bueno y debemos mantener nuestro Ajayu o espiritualidad cósmica profunda». Luego, todas las hermanas dieron dos vueltas al revés de la agujas del reloj y finalmente se encontraron con la salida del sol.
Después del desayuno colectivo, en una gran ronda abierta rodeada de banderas y color, se presentaron una a una todas las participantes, gran parte de ellas en su propia lengua y luego en el castellano, la lengua impuesta por los conquistadores españoles.
Luchar por defender las culturas, raíces y lenguas ancestrales es uno de los intereses comunes de estas mujeres hermanadas en visibilizar sus problemáticas en las diferentes regiones del país.
“Cuando las mujeres estamos convencidas de una lucha, no nos importan las fronteras; estoy aquí para seguir defendiendo la vida”, aseguró una hermana mocoví.
“Ya no me siento sola, hay muchas mujeres luchando”, aportó una joven estudiante wichi que habló de la discriminación que vive cotidianamente junto a otras compañeras indígenas.
“Nosotras también sufrimos la violencia del patriarcado”, aseguró por su parte una activista travesti trans afroindígena.
Las voces se sucedieron hasta pasado el mediodía, cuando llegó el momento del almuerzo en el espacio al aire libre de la escuela rural al pie de los cerros, ubicada 40 kilómetros al sur de la capital salteña, donde se desarrolla el encuentro.
Muchas de las participantes contaron que es la primera vez que se suman al Parlamento, en este caso el tercero, tras los que se realizaron en Ensenada, La Plata, y Las Grutas, Río Negro, y destacaron la importancia de sumarse a estos intercambios presenciales y las acciones conjuntas.
El cronograma del primer día incluyó también un plenario sobre “el rol fundamental de mujeres y diversidades como defensoras de los territorios” y el concepto de “Terricidio”, que “nace de la necesidad de poder mencionar las múltiples formas en que el sistema asesina la vida”.
Este tercer Parlamento, organizado por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir gracias a un gran esfuerzo de colaboración colectiva, se desarrollará hasta el miércoles 25 y continuará con momentos culturales, presentación de proyectos y campañas contra el “chineo” y las violencias hacia las mujeres y diversidades indígenas.
Veintiuna naciones indígenas deliberan en el Parlamento
Cabe destacar que están participando 21 naciones indígenas, a saber:
1.Quechua
2.Wichi
3.QOM
4.Diaguita
5.Charrúa
6.Mapuche
7.Moqoit
8.Aymara
9.Diaguita
10.Tapiete
11.Ava Guaraní
12.Chorote
13.Chulupí
14.Chané
15.Weenhayek
16.Simba Guaraní
17.Guaycurú
18.Lule
19.Diaguita Calchaquí
20.Purepecha
21.Huarpe
Solo ellas pueden hacerlo
Organizadoras tenaces, cargadas de espiritualidad y amor por la pacha, buscadoras insistentes de modos de vida derivados de aquellos que vivieron sus ancestras, militantas de la memoria, y sobre todo, luchadoras frente a las artimañas discriminadoras, racializantes y excluyentes de este sistema patriarcal y eurocéntrico, etnocida, terricida.
Solo ellas podían volver a juntarse para seguir implantando semillas de fraternidad en donde nos hemos acostumbrado a que imperen los malos tratos.
Mujeres indígenas de este territorio y de otros de esta Abya Yala que no cejan de pelear por sus derechos a vivir, y lo hacen enfrentando a la muerte que traen las multinacionales deforestadoras, extractivistas, transgénicas, invasoras de lugares que no les pertenecen y que destruyen a su paso.
Comenzaron a deliberar estas mujeres y seguramente todo lo que recojan sus dichos y enseñanzas, servirán para continuar repensando, de distinta manera, este mundo maltratado por los de siempre. A poner el oído entonces, y las ganas, para que este Parlamento que hoy anida en un pueblito de Salta, nos ayude a todas, todos, todes a ser mejores cada dia.