Nació en Oruro (Bolivia) el 3 de junio de 1937 y murió en 1984 en México, a los 47 años.
La revolución de 1952 lo marcó en su adolescencia (15 años), comenzando a escribir en la prensa boliviana antes de cumplir 17 años; labor que hará toda la vida. Es influenciado por autores nacionalistas como Augusto Céspedes y Carlos Montenegro.
En 1956, a los 19 años, trabajaba como periodista en Montevideo (Uruguay) para los periódicos Marcha y La Mañana, y empieza a estudiar derecho. A fines de la década de los 50’s es agregado cultural en la Embajada de Bolivia en Uruguay (1958–1960).
En 1959, a los 22 años, fungió como subdirector del periódico La Nación en Bolivia. Un año más tarde fue nombrado Primer Secretario de la Embajada boliviana en Santiago de Chile y, en 1962–1963, es electo diputado nacional, siendo en 1964, a sus 27 años, ministro de minas y petróleo.
Continúo sus estudios en derecho en La Paz y obtuvo el título de abogado en 1964, año del golpe de Estado de Barrientos, exiliándose en Uruguay a fines de los 60’s, convenciéndose de que el MNR no va más. Estuvo todo este tiempo en filas del MNR, hasta 1970.
Tal vez los últimos 14 años de su vida son los más interesantes. En 1970–71’ se da la Asamblea Popular y el golpe de Banzer, obligándole a exiliarse en Chile, donde trabaja en el ODEPLAN de la presidencia (Allende) entre 1972 y 1973.
En 1972 termina de escribir El Poder Dual, su paso más franco al marxismo. Llega a México en 1973 y hasta 1975 trabaja en la CEPAL y la UNESCO. Zavaleta fue el primer director de FLACSO México entre 1976 hasta 1980, y desde 1980 a 1984 trabaja de profesor en las universidades CELA, UNAM y UAM. De 1971 a 1973 es miembro fundador del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y desde 1978 a 1984, a la distancia, es militante del PCB (Partido Comunista de Bolivia).
Etapas y síntesis de su obra
Se podría dividir su trabajo en tuvo dos grandes etapas, una dentro del nacionalismo que abarca desde su adolescencia hasta principios de los 70’s, y otra dentro del marxismo, extendida entre los 70’s y 80’s, la cual debido a su profundidad y las reminiscencias de su primera posición de un “culturalismo telúrico” lograba incorporar el análisis y la importancia de la condición colonial o de las características del colonialismo interno, tan ajeno a los marxismos de la época.
Dentro del nacionalismo transitó por varias sub etapas, la primera marcada por lo que Luis Tapia llama “culturalismo telúrico”. La América de cultura indígena es contrapuesta a una cultura occidental decadente, donde el eje es la fortaleza cultural, a pesar de la opresión económica y política milenaria. Quizás su influencia más importante fue el literato Carlos Medinacelli. Estos textos son escritos y publicados durante la revolución, entre 1952 y 1954.
Una segunda sub etapa sería la de sus escritos periodísticos en Uruguay y luego en Bolivia, periodismo político desarrollado entre 1956 y 1957 en el periódico Marcha y La Mañana. Y sus artículos de 1959 a 1960 en el periódico oficial del MNR, La Nación, fundado en 1936 (el MNR fue fundado a principios de los 40’s). Aquí está bajo la influencia de Augusto Céspedes (mejor amigo de Zavaleta en esa época) y Carlos Montenegro.
Una tercera sub etapa sería ya la de una suerte de “teórico del nacionalismo”, donde tal vez tres de sus textos más significativos son: El imperialismo y el desarrollo fisiocrático, conferencias pronunciadas en la Universidad en Oruro (1963), La Revolución boliviana y la cuestión del poder, conferencias universitarias (1964), La Formación de la conciencia nacional, en estricto rigor es el único libro escrito de los mencionados, siendo terminado y publicado en la capital uruguaya (1967). En esta época Zavaleta se centra en una estrategia que priorice un impulso de una industria pesada como modelo de desarrollo confrontado con lo que denomina “desarrollo fisiocrático”, tesis sostenidas por algunas corrientes del MNR, y la articulación con la construcción de un yo colectivo –“la nación” – confrontada con el imperialismo, condiciones que teóricamente generarían soberanía.
Una cuarta sub etapa sería la de salida del horizonte nacionalista a fines de los años 60’s y principios de los 70’s. Escribe en 1970 el texto: La Caída del MNR y la conjuración de noviembre, sobre el golpe de 1964, analizando las causas de la derrota bajo cierta influencia de Sergio Almaraz, de vertiente marxista que muere en 1968 pero cuya obra se publica póstumamente Réquiem para una república (1969). La crítica y autocrítica de Zavaleta no es publicada hasta mucho después de su muerte, recién en 1995. Se podría decir que este es un texto bisagra entre su origen nacionalista y su paso al marxismo aunque no se conoció en vida del autor.
Entre 1970 y 1972 adopta definitivamente un lenguaje y estructuras francamente marxista, publicando: El poder dual (1972), aunque cabe destacar que ya en la formación de la conciencia nacional había citado a Trotsky y la teoría del desarrollo desigual y combinado en la historia.
En esos años se produce su despegue y mayor producción, publicando: La revolución democrática de 1952 y las tendencias sociológicas emergentes (1974), Clase y conocimiento (1975), Las formaciones aparentes en Marx(1978), Notas sobre fascismo, dictadura y coyuntura de disolución (1979), y luego, los textos: Las masas en noviembre (1980), Forma clase y forma multitud en el proletariado minero en Bolivia, cuatro conceptos de democracia (1981), Notas sobre la cuestión nacional en América Latina (1981), Algunos problemas ideológicos actuales del movimiento obrero (1982), Problemas de la determinación dependiente y la forma primordial (1983), El Estado en América Latina (1983)
Finalmente, se publica póstumamente el trabajo: Lo nacional popular en Bolivia (1986); texto que dejó inconcluso y del cual se publicaron los primeros tres capítulos que dejó Zavaleta manuscritos.
Algunas consideraciones
Se podría decir que en sus últimos 14 años de vida los esfuerzos de Zavaleta fueron los de producir un proyecto epistemológico y político riguroso y profundo para países como Bolivia, como proyecto político emancipativo, como fuerza productiva de las luchas; una buena parte de este trabajo lo realizó bajo la forma de un profundo revisionismo histórico.
Además, el núcleo de su creación teórica está dado por el proyecto epistemológico, por medio de lo que él denominaba un método compuesto que consiste en aplicar un modelo de regularidad que es el marxismo y la ley del valor, pero, a la vez –porque Bolivia no es un país generalizadamente capitalista ni mucho menos– producir conocimiento local, bajo la idea regulativa fundamental de lo que denominó: “la crisis como método”, que básicamente quiere decir que las grandes crisis son los momentos más adecuados para estudiar sociedades abigarradas y lograr la ecuación:
Conocimiento local = Síntesis de teorías generales (ley del valor subsunción formal, marxismo, etc.) + producción teórica adicional (sociedad abigarrada, forma primordial, eje estatal, etc.) + lógica del lugar (Datos, hechos, historia local).
Haciendo una selección simbólica de momentos constitutivos dentro de estos grandes momentos de crisis generales permitiría superar los análisis sociologistas y hacer lo que denominaba: “análisis genéticos estructurales”, para superar la falta de unidad convencional de la realidad social.
Tanto la profundidad y radicalidad de su revisionismo histórico, como su aporte epistemológico y teórico, son tal vez lo mejor que se ha producido tanto en lo académico como para las luchas en marcha que vivimos en Bolivia.
* Tomado de la revista Jícara, Universidad Distrital de Bogotá, Colombia (marzo–abril, 2015).
** Jorge Viaña Uziqeda, es un economista e intelectual boliviano, catedrático de la UMSA.